OLISSS, SOMOS COLHUNTERS.

Al momento de realizar una evaluación de este equipo y destacar algo que haya crecido en el último tiempo (además de nuestras panzas), eso es, sin lugar a dudas, la capacidad de detectar bodegones y cantinas. Los 6 tenemos el ojo sumamente entrenado.

Vamos en cualquier medio de transporte y por ahí encontramos un sucucho que nunca habíamos visto, o una esquina con un toldo verde lleno de verdín, o incluso desde la bici nos quedamos mirando algún cartel de «Estofado» y a los 3 segundos nos tocan esos timbrecitos que hacen klichin klichin para evitar un accidente en la bicisenda.

La gilada del marketing (que le pone un nombre a todo en esta vida), llama cool-hunters, algo así como «cazadores de tendencias», a la gente que se encarga de buscar cambios o surgimientos en la cultura del consumismo y de la moda. Así que nosotros tranquilamente podríamos ser denominados como col-hunters o cazadores de colesterol.

Estemos haciendo lo que estemos haciendo, si encontramos un lugar Antigourmet paramos la marcha, agarramos el celular y por whatsapp avisamos al grupo el nuevo hallazgo. Esta información pasa directamente a la OLISSS (Oficina de Lugares para Ir Si o Si Señores). Este organismo interno, coordinado por el Dr. Pait, se encarga de ordenar la data por barrio y también de ofrecer alternativas al momento de elegir el próximo destino.

Así fue como encontramos a este bodegón que vamos a reseñar hoy. Alguno dobló mal en una calle y se topó con la esquina de Gurruchaga y Loyola en el barrio de Villa Crespo. Avisamos a la OLISSS y a la otra semana ya estábamos sentados en la mesa de los amigos de A Los Amigos, valga la redundancia (o rebundancia que pal caso se entiende y es bastante parecidongo).

DE ENTRADAS, PIAMONTESCOS Y CAPULETOS.

Apenas entramos al salón nos recibió Beto, que a la postre sería nuestro mozo. ¡Un personaje como nos gusta a nosotros! Un mozo de profesión que nos recomendó platos, porciones, trajo todo a su debido tiempo y además, con una voz ronca muy característica, nos fue dando los primeros pantallazos del lugar. Alma de guía turístico tiene el gran Beto.

Nos contó un montón de cosas, pero tal vez el dato que más llamó nuestra atención es que está abierto hace 68 años y que siempre lo tuvo la misma familia; y acá vino la confusión.

Los Zarzoli son los dueños – dijo el Beto.

¿De dónde son, tenés idea? – preguntó Román, que siempre pregunta estas cosas y después se hace el que sabe todas las regiones del mundo.

Piamontescos* creo, les voy a buscar las entradas, ya vengo chicos. – retrucó el Beto mostrando su lado histórico y fugitivo.

Cuando el mozo húbose ído, el Maxi dice:

Mirá vos, deben ser parientes de Romeo y Julieta.

Nos quedamos todos duros, mirándolo y escuchándolo, mientras el tipo divagaba acerca de las herencias que podían tener los dueños del bodegón por ser familiares directos de «los Piamontescos» y también de los quilombos que arrastraban por estar peleados con los Capuletos. Nadie lo interrumpió. Lo único que podía salvar este momento de la noche, eran las entradas.

* debería ser piamonteses, pero de todos modos lo de Maxi fue de terror.

ENTRADAS

En la semana habíamos hecho las averiguaciones pertinentes y apuntamos todos los cañones a los platos principales. Pero de todos modos, pedimos un par de entradas como para testear…

Plato: se llama así posta! No se mataron mucho por ponerle el nombre, pero tampoco hacía falta. Es un plato que tiene algo de queso, morrón, muzzarella y longaniza. No nos volvió locos pero por lo menos empezamos a calentar las mandíbulas.

Lengua a la vinagreta: llegó y a los 15 segundos habíamos destrozado la panera. Es una linda entrada con bastantes fetas aunque son finitas. Todo fresco y bien condimentado. Cumplidor.

UN LINDO SALÓN TRADICIONAL.

Mucha gente piensa que los Anti no tenemos la más pálida idea acerca de los culebrones de la TV. Bueno, a esa gente le decimos que tenían muchísima razón; hasta hoy.

La cosa es así. Estábamos relevando todos los elementos del salón: una bandera argentina tamaño sábana que tapa la esquina, un pilón de camisetas de fútbol colgadas de un hilo lonero (entre la que se destaca una del Diego en el Nápoli y una del Emelec), algunos cuadros de distintas temáticas, fotos de personajes famosos que incluyen una foto autografiada de la Su, un cuadro de Páez Vilaró muy copado y también las características imágenes papales de Francisco, primero, y de Juan Pablo, segundo.

Seguíamos mirando todo lo que pasaba a nuestro alrededor y como lo queríamos subir a las redes sociales preguntamos si había WiFi. No dicen que no, pero como hay tele y estaban pasando fútbol; eso nos puso muy contento a todos los integrantes del equipo Antigourmet.

Y ahí fue cuando ocurrió lo impensado.

MARCHE UNA SHEREZADE CON FRITAS.

En un momento… ¡se desconchó el desconche! No sabemos quién cambió de canal, pero apareció ella… y prácticamente absorbió todas las miradas con su hermosa presencia turca. Para toda esa gilada que no caza un fúlbo sobre «Las mil y una noches», pasamos a resumir su fabulosa e intrigante historia.

Sherezade es arquitecta y viuda. Tiene un hijo que necesita un tratamiento. Labura para un pelado llamado Onur y su socio Kerem. Como necesita una tonelada de guita para su hijo se deja atender por el jueputa de Onur. Se ve que la mina tiene algo especial (como Wanda Nara) porque el tipo queda más caliente que una pipa. La cosa es que se quiere matar porque la ama muchote, pero le pagó para acostarse con ella. Entonces la mina lo tiene agarrado de los huevos y lo va a hacer parir toda la novela con el único objetivo de dejarlo más pelado de lo que es. Kerem, el otro jefe también le quiere dar mazamorra a Sherezade. Pero la mejor amiga de ella, Bennu, le quiere dar a Kerem. Que pin, que pan, se histeriquean todos con todas y de vez en cuando aparece la suegra para romper las pelotas, como toda suegra claro está. SPOILER ALERT! Después aparece otro pata de lana que se llama Engin y le serrucha el piso al pelado lleno de guita. Y justo cuando se están casando aparece Onur y se lleva la minita diciendo: «mirá loco, acá los guionistas dicen que Sherezade se queda conmigo aunque yo le haya pagado como a una prostituta cualquiera y vos hayas gastado mucha guita en esta fiestita». El pobre Engin, totalemte resignado lo mira y le dice: «Bueno, al cabo que ni quería».

Así termina la preciosa novela. Nos pareció medio al pedo mirarla completa cuando podemos buscar el final en Internet. Especialmente cuando se sabe desde el primer capítulo cómo terminan estos culebrones. Pero bueno… la cuestión que ahora somos fans de Sherezade y del Pelado Onur. ¡Los bancamos a muerte!

PLATOS PRINCIPALES

Se sabe que somos de buen comer. Pero de todos modos, los 4 platos que pedimos no son para compartir. Si tenés hambre pedite un plato por comensal. Sino se corre el riesgo de entrar en una disputa culinaria. Esto siempre lo aclaramos por las dudas. No vaya a ser cosa que alguien resulte accidentado.

Canelones: son dos (2) señores canelones ultra-rellenos de calabaza, ricota, nuez y albahaca. Nosotros los pedimos con una picantona salsa scarparo. La masa casera estaba excelente y cuando la lengua tocaba el relleno nos bajábamos el vaso de vino de un tirón. Muy bueno el canelón y muy bueno sería poder cenar esto todos los días.

Lomo Brian: nosotros tiramos la conjetura de que el nombre del plato está puesto en honor al perro de Padre de Familia. Pero seguramente sea otra la historia. Colesterolísticamente hablando, es una fuente que viene con 3 pedazos de lomo (medios chicuelos para nuestro gusto) y tapados con una salsa muy rica que contenía champiñones como para regalarle al trapito que te cuida el auto. Además de los hongos, tenía verdeo y espárragos. La verdad es que nos gustó mucho el sabor y la combinación. Papas españolas para completar.

Pollo Antello: es LA especialidad number one de la casa. Cuando lo vimos llegar nos pareció medio poco, pero después de probarlo nos callamos la boca. Te dejan elegir entre pata o pechuga. El pollo viene deshuesado y deshilachado (o trozado ponele). Lo que tiene de original es la salsa de crema y limón. Un espectáculo el sabor y te quedás re manija. Viene con guarnición de papas españolas. Nos gustó mucho y lo volveríamos a intentar (como Onur y Sherezade).

Milanesa Napolitana: después de los tres platos anteriores, nos quedamos con ganas de alguna cosita intermedia antes del postre y pedimos una para ver cómo era nomás. «Me costó un montón sacar este plato así» – nos dijo el Beto, mientras apoyaba una fuente grandota con una milanesa portentosa llena de papas. Se ve que el cocinero andaba medio caliente esa noche porque vino bien cagada a palos la milanga. Finita finita, pero a esa altura de la noche zafaba como loca.

POSTRES

Estábamos bastante llenos, pero siempre hay lugar en las entrañas de un Antigourmet. Te arremangás la camiseta manga corta y pedís postre así sea lo último que hagas en este mundo. Y así fue como llegaron a nuestra mesa:

Flan mixto: casero. Con bastante crema y un buen dulce de leche en los flancos. Se puede compartir. La recomendación: pedilo solo con dulce!

Fresco y batata: vino cortado en tiritas, cosa que al Experto en Queso y Dulce lo pone del culo, porque quiere dos fetas anchas apoyadas una arriba de la otra, si es posible con el queso abajo como brindando los cimientos de la cosa. El queso estaba re bueno y la batata era con chocolate, por eso se quedó más tranquilo y pudo superar el trance. ¡Un loco de mierda!

CONCLUSIÓN

El lugar es muy amigable y tiene la típica ambientación bodegonera que nos gusta. La atención estuvo muy bien, gracias al capo de Beto que prometió entrar en nuestra web a chusmear un poco lo que hacíamos. Van muchos grupos de amigos y amigas, prácticamente no vimos parejas. Por la forma de conversar y de acodarse contra cualquier superficie que tuvieran a mano, la gran mayoría de los comensales eran habitúes, y eso siempre habla bien del lugar.

Los platos principales (el lomo y el pollo Antello) son ideales para refregárselos en la cara a los otros comensales que te acompañaron al bodegón. Son originales en sus ingredientes y tienen un sabor muy rico. No vas a quedar roto porque son platos normales. Ni se te ocurra compartir porque vas a tener que comerte un paty cuando llegás a tu casa.

Y si querés sacar a tu mujer a comer afuera, ahora no tiene más excusas, porque también puede ver la novela y seguir enfermándose el marote con la descocada de Sherezada y el pelado demente de Onur.

En definitiva, A Los Amigos, es un lindo bodegón para visitar si andás por Villa Crespo. Ojo los fines de semana porque viernes y sábados si no tenés reserva se te complica un poco para conseguir mesa. ¡A probar se ha dicho! ¡Salud!