EL GPS DE RAMOS MEJÍA

Todo el tiempo en que vamos caminando por la calle, JP va adelante. Y no va adelante a 3 pasos del grupo, va adelante a 150 metros.

El tipo se siente extremadamente confiado de sus capacidades de geolocalización y ostenta el record de encontrar 4 veces el departamento cuando nadie le tenía ni una sola gota de fe.

Es por eso, que para este equipo de comensales, la sigla GPS significa: García Pratto Sabe.

«Poné el GPS», significa que lo tenemos que seguir a JP, aunque a veces use chupines.

ATENTA LA R.A.E.

Ya todos tenemos incorporadas a nuestro vocabulario cotidiano algunas palabras españolas, tales como: gilipollas, ostias, tío, joder, coño y olé!

El problema lo tenemos con Matías porque las mete en cualquier frase y sospechamos que no estarían siendo utilizadas correctamente.

– Alcanzame la ostia que me voy a bañar.

– Ir al Corte Inglés es medio de coño y esas gilipolleces no me caben ni un zurrusco.

– Este jamón está de puta madre, malditos gilipollas, ostias, tío, joder, coño y olé!

Vamos a ver si llamamos a la Real Academia Española para que le mande un manual de buenos usos y costumbres del idioma, antes de tener que amordazarlo.

EL TIEMPO ES RELATIVO. LA IDIOTEZ ES POSTA.

Fuimos al Mercado de La Cebada. Estaba cerrado. Nos quedamos en la puerta buscando algún otro lugar para ir. Decidimos volver para el lado del departamento. Cuando damos la vuelta de manzana vemos que el Mercado estaba abierto. O sea… abría del otro lado. Nos calentamos y no entramos nada. Perdimos 40 minutos.

#ActitudAntigourmet.

UN POQUITO POR AQUÍ Y OTRO POR ALLÁ

JP está flaco, eso lo sabemos todos. Pero cuando volvió de comprarse unos boxers y vimos el tamaño de la prenda, nos asustamos un poquito. Es Talle -3.

Según Matías, tiene que usar dos boxers juntos y poner un huevo en cada uno. Medio incómodo.

COLMILLOS

La encargada de la barra de La Chata, uno de los lugares que visitamos, es de Transilvania. La cantidad de pelotudeces que le preguntamos sobre la comida de su país no tiene nombre.

Pero nos contó tantas cosas copadas que ya lo decidimos, el Anti-Tour Nº 17 tiene que ser a Rumania. Atenta la gente de Air Europa.

Bueno… acá va el repaso de todos los lugares que recorrimos.

Esperamos que disfruten la reseña y aunque sea por un momentito puedan viajar con nosotros. Seguimos agradecidos de la cantidad de lugares que nos recomendaron y los mensajes con tanta buena onda.

Mil Gracias de parte de todo la banda del Antigourmet.

MUSEO DEL JAMÓN

Apenas nos levantamos salimos rumbo al Museo del Jamón. Nos habían dicho muchísimos antigourmeteros que teníamos que pasar, así que no podíamos defraudar.

Visualmente, para un Antigourmet entrar acá es como entrar a Disney. Ojo, es un impacto más visual que otra cosa, porque a veces los tipos se zarpan con el precio. Un punto a favor es que la variedad es tremenda. Hay que pasar, persignarse, comprar algo y seguir.

Nosotros nos pedimos un lindo sanguche de crudo para cada uno y volvimos a la calle.

CASA RÚA

No pensábamos parar acá. El destino era otro. Pero vimos a un tipo saliendo del lugar con un sanguche enorme y la cara re feliz. Así que no nos quedó otra.

El Sr. Rua se especializa en Bocadillos de calamar. O sea, un sanguche de rabas. Pero nosotros la pedimos al plato porque veníamos de entrarle al sanguche.

No defraudó en lo más mínimo. Tiernas y crocantes estaban las rabas. Una buena porción y a buen precio. Además, las meten adentro de un sanguche, así que eso los convierte en personas admirables por su capacidad de inventiva panificada.

CASA LABRA

Teníamos el dato que acá se comía un muy rico queso manchego.

Subimos una calle cortita, pero muy empinada, doblamos un par de veces y a unos 50 metros divisamos el cartel de Casa Labra.

Tiene que ser por allá, donde están los abuelos. – dijo Matías.

Todos nos quedamos mirando la facha de Casa Labra para tratar de entender qué carajo había querido decir. Achinábamos los ojos, pero no entendíamos eso de «los abuelos».

Unos metros más adelante, Matías se dio cuenta que los andadores eran las mesas y sillas de aluminio de Casa Labra, donde los comensales se apoyan para morfar; un desastre la visión del tipo.

Nos quedamos en la vereda, de parado y en eso apareció Juan Carlos, el mozo que nos tocó. Estuvimos un ratito charlando con él sobre el lugar (que era una taberna, para picar algo y luego subir a dormir), sobre el origen del tapeo y sobre lo que íbamos a pedir.

Nos decidimos por 2 raciones (vimos que eran grandes): Chorizo Cular y Queso manchego.

Un espectáculo el queso. No nos gustó tanto el chorizo, porque estaba ahumado de una manera que nunca habíamos comido y directamente parecía que te estabas comiendo un abedul. Por lo tanto, y una vez terminadas las cañas, no nos quedó otra que seguir de ronda.

LA CASA DEL ABUELO

Acá sí.

El concepto Antigourmet está excelentemente custodiado (desde 1906) por lugares como La Casa del Abuelo. El lugar queda a 1 cuadra de Plaza Mayor. Es chiqutio y tiene un sótano donde entrarán unos 12/15 comensales.

Acá estuvimos un rato largo hablando con Claudio, el único mozo que atiende la terraza y la barra del lugar. Estaba re tranquilo el asunto ese día, pero nos contó que a la noche se llena.

La especialidad de la casa son las gambas. Y lo bueno es que tienen un vino propio que se llama La Viña del Abuelo y que nació unos años después del salón para comer.

Nosotros pedimos Gambas al Ajillo, que vienen fritas, burbujeando, recontraarchimega calientes y con una baranda a ajo que te enamora apenas se abre la puerta de la cocina. Una locura de ricas.

Por la dudas de que nos quedásemos con hambre, también pedimos: Gambas a la plancha, una Tapa de Jamón Crudo y Aceitunas de Campo Real (son bien verdes, más chiquitas y más duras de las que comemos nosotros, pero estaban bien como para aflojar un premolar).

Claudio nos explicó unas cuantas cositas más sobre el lugar, los dueños y los mozos, pero nos aclaró una y mil veces que era todo comida tradicional y típica manchega. Le creímos drásticamente, lo saludamos y nos fuimos, porque necesitábamos mover la estantería.

EL BOTÍN

Según el Libro Guinness es el Restaurante más antiguo del mundo, abriendo sus puertas en 1725.

Como diría el Dr. Pait: «esto es incomprobable».

Pero bueno, los tipos tienen algunos argumentos con los cuales defenderse: las paredes, los pisos, las tipografías en las piedras tienen unos cuantos añitos. Además, hay una maqueta de cómo era antes, cuando apenas abrió, que te vuela la peluca.

El Botín es una institución en sí misma. Han venido miles de famosos y personalidades de la cultura, el deporte y la sociedad española a comer acá.

Nosotros tratamos de entrar pero había mucha cola (75% de personas de chinas). Y como no nos gusta mucho entrar a los lugares extremadamente turísticos, pedimos permiso, hablamos un rato con los mozos, nos metimos directo a la cocina para filmar algunos platos, sacamos algunas fotos de los cochinillos y nos fuimos rumbo a…

MALACATÍN

Es uno de los lugares más recomendados por la comunidad Antigourmetera que se enteró de que estamos en España. Nos cayeron una bandada de mensajes sobre el Malacatín. Pero la verdad, es que llegamos de culo.

Acá todo empezó a tomar otra forma, porque una vez que entramos a este monumento al morfi y nos acomodamos en la barra, ya se intuía en el ambiente que ningún integrante del equipo se quería ir del lugar.

Toda la gente está comiendo con un babero puesto, así que al mejor estilo deductivo de Sherlock Holmes, nos dimos cuenta que el pantalón de Facu no iba a durar mucho tiempo limpio.

El lugar es genial. Invita a sentarte un largo rato y disfrutar de una muy buena comilona con amigos en la barra, o con la familia en el salón comedor del fondo.

Miguel, nuestro mozo, nos explicó que si te pedís el menú de 20 euros (que solo incluye el cocido) y terminás de comer todo el plato, te regalan la comida. O sea… todos miramos a Facu, porque es el único capaz de resolver semejante quilombo. El tipo se tenía fe, pero le pareció muchísima responsabilidad y dijo que lo tenía que intentar con el estómago vacío. Ta bien, se la dejamos pasar.

El tipo es nacido en Villa Cañas, un pueblo cerca de Madrid, que es muy conocido por los silos. Unas construcciones subterráneas donde vivían todos los habitantes del lugar hasta hace relativamente poco. De hecho, Miguel nació en un silo.

La estructura de toda la casa es la misma tierra, hay chimeneas para cocinar y umbrelas para las entradas de luz. Nos dieron ganas de investigarlo un poco más, parece algo muy copado de conocer.

Pero… mientras charloteábamos de lo lindo, Miguel nos convidó unas tostas atún y otras de cangrejo. Estaban de re chupete, pero lo mejor fue cuando una mesa de 12 personas decidieron irse y dejaron una fuente llena de estas tostas… Chau! Las liquidamos a todas, ayudando a la gente del lugar a limpiar una mesa para los próximos comensales.

Mientras tanto, ya habíamos marchado dos raciones: una de Ropa Vieja y otra con la comida más maravillosamente maravillosa de la humanidad…. EL COCIDO. Y para colmo, el Malacatín tiene el premio al Mejor Cocido Madrileño 2016. Una cosa de locos!

Llegó un platito con un caldo caliente, bastante espeso y con una especie de puchero. El mejor COCIDO que probamos hasta ahora es de acá. Se zarpan los tipos en la relación precio/calidad, y el sabor del chori/morci auxiliar nos quemó el cerebelo.

Liquidamos hasta el último garbanzo, dimos las gracias 40 veces a Miguel, pagamos y nos fuimos felices.

LA TIENDA DE LA CERVEZA

Facu, que es un apasionado por el mundo de la birra, tenía que si o si pasar por acá. Se quedó charlando un rato con Paco, el empleado y terminó comprando unos cuantos porrones para catar con la banda mientras llegábamos a Plaza Mayor nuevamente.

Fueron vaciadas las botellas de una IPA de Centeno y una Dopple Bock. Este dato va para los muchachos de la Anti-Cata que seguramente extrañan muchísimo a Facu.

DIVISIONES

Salimos pipones del Malacatin y el equipo optó por dividirse.

JP, Román, Vicky, Paula y Gaby, en una actitud que quedará para una evaluación post-viaje del tribunal de disciplina, se fueron a El Corte Inglés (ampliaremos).

Y Nico, Facu y Mati se fueron, bancando un poco los trapos, a…

CHOCOLATERÍA SAN GINÉS

10 euros a cambio de 3 tazas de chocolate caliente y 9 churros.

Es un chocolate increíble, bien espeso, donde metés la cucharay la tipa le cuesta llegar hasta el borde de la taza para reposar.

A todos nos hizo acordar a nuestras abuelas, así que algo mágico-ratatuilesco tiene este lugar, y más si te sentás en la terraza de la callecita donde se encuentra (San Ginés, claro).

Los churros no vienen rellenos, y son más largos y más finitos que los que estamos acostumbrados en Argentina. Pero una vez que los mojás en el chocolate todo lo que uno diga pierde coherencia.

Re contra recomendado.

LA CHATA

Nos llegó el dato de que teníamos que ir al Buo, en la Latina (que es uno de los barrios de Madrid cerca del centro). Íbamos los 3 rumbeando pa´ aquellos pagos cuando pasamos por una ventana y la vimos a ella: GLORIA!

Gloria estaba sentadita, sola, en el salón de La Chata, acomodando papeles en una carpetita.

Todavía no era hora de cenar, pero decidimos entrar un ratito para ver qué onda. Pedimos unas cañas que vinieron con su correspondientes tapas y nos fuimos acercando hasta donde estaba ella.

Mati se puso a mirar un cuadro enorme de la Infanta Isabel y ahí fue cuando Gloria nos dijo que el nombre del lugar era en honor a ella; y su nariz. Este primer comentario dio pie a más de una hora de charla, donde nos contó su niñez en Segovia aprendiendo a tejer y su llegada a Madrid, su historia con La Chata que ya tiene 38 años.

Gloria nos recitó un poema completo, largo como estornudo de jirafa, que se llama La Infanta en los Toros. Y se fue frenando a cada ratito, para explicarnos qué quería decir el autor en cada fragmento del poema. Así fue como nos paseó por el árbol genealógico español, sus reyes, príncipes, princesas y las historias de puterío (tipo Jorge Rial) que tanto nos gustan.

Tienen que probar mi Rabo de Toro, viene gente de todas partes del mundo a probarlo. – dijo Gloria, y nosotros no somos quién para contradecirla.

¡PLATAZO!

Son 4 cortes, ahogados en una salsa agridulce, y lleno de papas fritas. La carne se deshace, pero llega un momento donde nos empezamos a pelear por un cachito de carne y decidimos democráticamente que cada uno agarre un pedazo con la mano y le de duro.

Mientras saboreábamos la especialidad de la casa, tuvimos el placer de ver a Gloria cortando una pata de jamón de bellota para unos vecinos que se sentaron en la mesa contigua.

La técnica es impresionante. Saca pedacitos como si fuesen láminas y los va colocando alrededor del plato. El cuchillo siempre paralelo a la pata ymuy despacio se va separando la (poca) grasa del jamón. Nos volvimos locos y ella se dio cuenta.

Por eso, al ratito nos sorprendió con un platito para que lo probemos y de paso nos explicó la diferencia entre un jamón de bellota y los demases, que terminó con la frase: «Nuestro jamón es el petróleo de España.» Y cuanta razón tiene!

Meten un cachito, lo mastican un par de veces, lo llevan al paladar, lo saborean, lo exprimen con la lengua, respiran por la boca y exhalan por la nariz, así van a ver cómo el olor del jamón sale y ese, es de bellota. – nos desasnó Gloria.

Antes de irnos, nuestra anfitriona nos informó sobre lugares para comer en su Segovia natal, nos invitó 4 cañas (una para ella), brindamos por este lindo encuentro. Nos alegró el día conocerla. Y como nos pasa siempre, este tipo de personas son las que hacen que el Antigourmet tenga más sentido todavía.

Gracias Gloria por tu tiempo, tus enseñananzas y tu amabilidad.

TABERNA EL BUO

Nos habíamos super colgado charlando en La Chata, así que cuando salimos ya teníamos un par de mensajes del resto del equipo: estaban yendo a la Taberna El Buo (asi, sin H).

Para este punto del día, no solamente estábamos inflamadísimos de morfi, sino que también estaban empezando a flaquear las energías.

Pero no nos amedrentamos y pedimos un par de Tortillas Rellenas, la especialidad de la casa. Viene una tortilla tremendamente alta y del tamaño de un plato grande. Cuando la cortás, aparece la locura! Está completamente rellena de cosasssss. En nuestro caso, una fue de queso y cebolla, y la otra de gambas (BOMBA!)

Como si esto fuera poco, nos clavamos dos postres, pero este reseñador ni siquiera los anotó. Su cerebro se había puesto en Modo Ahorro de Energía y no recibía actualizaciones.

CONCLUSIÓN

Así fue el Día 2 del Anti-Tour en España. Una verdadera maratón de morfi.

Al otro día, nos levantamos temprano para salir rumbo a Toledo, pero esa… esa es otra historia.

Salud!