LA ABUELA TORTILLERA

Cuando el equipo se levantó, arriba de la mesa teníamos 3 tortillas de papas. Una con cebolla y ají, otra con cebolla y chistorra, y otra con cebolla y jamón crudo. Además le metió melón, jugo de naranja, leche, café y mate.

Estaban increíbles!!! Se zarpó la abuela.

GAME OF THRONES

Post-desayuno se libró una batalla campal para ocupar el único trono del departamento.

Ocho adultos y un bebé, sentados alrededor de la mesa, intercambiando miradas inquisidoras y sonrisitas llenas de falsedad. Cada uno defendía su reino a capa y espada, menos el enano que al tener pañales contaba con grandes ventajas.

El tiempo apremiaba y nadie se animaba a decir nada; pero todos sabíamos que aquella persona que ingresase última al recinto corría peligro de muerte.

La famosa técnica de prender un fósforo para equilibrar aromas químicamente no iba a funcionar esta vez; la chistorra es una asesina silenciosa.

Todo era tensión y nos habíamos transformado en un grupo lleno de traicioneros. El aire espeso se cortaba con un cuchillo y en cualquier momento alguno podía primerear a otro.

Fue en medio de la épica guerra de miradas cuando Matías pronunció una frase, que sería utilizada en todo lo que resta del viaje, para avisar la inminente evacuación de una ciudadela.

The Melón is coming. -gritó, y se metió al baño a la velocidad de un rayo.

VICIO

Tenemos que aflojar un poco con el pulpo. Cada vez que paramos lo único que nos importa es encontrarnos con nuestro amigo octópodo.

Dicen que es el animal más inteligente del mundo y creemos fervientemente que nos está llenando de neuronas.

Anoche gastamos €190 (euros) en una cena y estábamos los 8 comensales totalmente asustados porque calculamos que eran $850 (pesos) por persona. Una nueva evidencia, matemática en este caso, de que el pulpo nos hace más inteligentes.

ANTI VICIO

Para mitigar un poco los efectos nocivos de la adicción al pulpo, empezamos los trámites de patentamiento para un producto revolucionario: el chicle de pulpo.

Una especie de goma eva, masticable por horas, con textura de ventosas y dos sabores: a la gallega y a la vinagreta. Millonarios.

EL GRAN DT

Una niña de unos 8 años estaba jugando a la pelota con otros dos pibes en la Plaza Mayor. La piba atajaba un montón. Se tiraba a trabar, iba a los palos aunque el piso era de cemento, agarraba los centros con seguridad. Pichona de crack.

Hasta que llegó Facu…

Tirame un centro enano – le pidió la momia al iluso niño con la remera de Cristiano.

El pibe aceptó, ubicó la pelota, se alejó 3 pasos, le pegó y tiró un centro perfecto a la testa del metro noventa de Facundo que logró impactar el esférico de lleno… mandanlo la pelota hasta las afueras de Santiago de Compostela a unos 90 km.

La cara de la nena era elocuente. Con su mirada y su lenguaje no verbal decía algo como:

Mostro, medís 2 metros y yo 90 centímetros. El arco es un palo de estacionamiento. ¿Había necesidad de que me fundas así?

En ese momento la nena decidió dedicarse al bordado y los dos pibes seguramente se transformen en jugadores de ajedrez. Mala influencia.

ADORACIÓN POR LA OPCIONALIDAD

Román entró a la oficina de información turística con una misión. Encontrar a dónde carajo ir en La Coruña. Tardó 45 minutos. Todos sabemos lo que le gustan las opciones al tipo, así que nos podíamos imaginar que esto iba a terminar mal.

Cuando se abrió la puerta y salió, con el semblante intacto y la cara de «ya sé a donde tenemos que ir», notamos como por detrás se cerraba la persiana de la oficina y la pobre empleada ponía un cartel que decía: «Cerrado. Vaya a otra ciudad.»

El dato que logró sacar, antes de que la empleada colapsara, fue que vayamos a visitar la Torre de Hércules que quedaba a 2 km.

Nico propuso ir caminando porque «era cerca».
Lo que no tuvo en cuenta era que todo el camino era en subida, con viento en contra, pocos lugares abiertos y un frío de cagarse. Fuimos igual y paramos a comer donde se pudo.

LA BOMBILLA

Uno de los lugares que más nos recomendaron y no podíamos salltearnos. Es un lugar chiquito, atestado de gente, con 3 barritas adentro y unas cuantas mesas afuera para comer de parado. Ahì estuvimos nosostros.

Interesante la barra porque abajo tenía lugar para poner las mochilas y más abajo el tacho de basura. Si hubiese tenido un moisés y un papagayo Matías alquila y se muda acá con todas las necesidades básicas satisfechas.

La caña sale €1,20 y la tapa €1. O sea que por menos de $40 te llevás un vaso de birra tirada y un platito con algunas de estas cositas: chorizo colorado, papas fritas, croquetas de sesina, albóndigas, mayonesa de ave, tortilla, buñuelos de atún y rabas.

Todo muy rico y muy fresco, pero no es super abundante la tapa.

Es como para tomarse 3 cañitas y recién ahí te podés quedar tranqui. Lindo lugar, pero teníamos que seguir a la Torre (- 1,9 km.)

ABARROTE

De afuera parecía un almacén viejo y entramos como unos carlitos.

Todo remodeladísimo y no nos motivó para nada. Pedimos 3 cañas, porque una caña no se le niega a nadie, y seguimos rumbo al Faro (- 1,4 km.)

LUGAR SIN NOMBRE

Mientras avanzábamos, tuvimos la necesidad imperiosa de clavarnos unas empanadas gallegas. Compramos 2 en un negocio bien chiquito.

Qué gran invento la empanada gallega!
Deberíamos tenerla más difundida en nuestro país, aunque mientras las comíamos, nos acordamos de las nuestras y las extrañamos una bocha. Seguimos (- 1 km.)

PULPERÍA O FIUZA

Entramos y pedimos pulpo, porque era una pulpería y porque somos adictos.

No hay más pulpo – nos dijo el mozo con cara de culo.

Ponete un kiosco hermano. Si tenés una pulpería y no tenés pulpos, es como que nosotros pongamos una estación de servicio y no tengamos servicios. Nos fuimos. (-0,7 km.)

BAR ÁNCORA

Ya veíamos la Torre desde acá, pero entramos a hacer una base porque veníamos famélicos. Pedimos berberechos, mejillones, albóndigas rellenas con queso y raxo con queso azul y ajo.

Mientras comíamos, una señora se acercó y directamente sacó al bebé del carrito para mimarlo un poco.

Es que tengo dos niños muy crecidos y no me dan bolilla, tiró la doña.

Ta’ bien, dejanos 5 euros y te dejamos a Anchoín un par de horas. El pibe es super sociable.

Pagamos y seguimos. (- 0,2 km.)

ESTÁ TODO INVENTADO

Fuera del bar, nos topamos con una de las maravillas de la ingeniería moderna más grandes que encontramos durante el viaje: una máquina expendedora de artículos de pesca.

Este esperpento tecnológico, tiene un mecanismo idéntico a la máquina que escupe latas de gaseosas, donde uno pone monedas y puede seleccionar qué producto quiere obtener.
En este caso, algunas opciones eran: boyas, anzuelos, tanzas, lombrices de tierra, gusanos de la miel o lombrices coreanas.

Por supuesto que elegimos las lombrices coreanas, para ver si tenían los ojitos achinados. Nos tiró una cajita llena de lombrices vivas (que le regalamos a Facu por su cumpleaños).

PD: intentamos mirarle los ojos, pero sinceramente… no se los encontramos.

TORRE DE HÉRCULES

Está moooooy buena y subimos sus 215 escalones. Fin.

Lo nuestro es el morfi. Ni idea de arquitectura, ni de hermeneútica, ni de pityrosporum ovale.

CAMINO A GIJÓN

Después de un hermoso paseo por la costanera, nos subimos a la camioneta para seguir el camino rumbo a Gijón.

Pero… nos metimos por algunos pueblitos intermedios para conocer y nos enamoramos de un pequeño poblado con un puertito: Ribadeo.

A buscarlo en Google porque no tenemos idea de dónde queda, pero les podemos decir que es un lugar hermoso para conocer.

LA CASA DEL MARINERO

Estacionamos y nos metimos en este lugar para comer un pulpo (hacía como 16 horas que estábamos con abstinencia). Queda exactamente frente a los muelles y te atienden rapidito.

Acá mismo se decidió que íbamos a pasar la noche en Ribadeo. Alquilamos un departamento, dejamos las cosas y ahora sí… ¡a cenar se ha dicho!

TODOS LOS CAMINOS CONDUCEN AL PULPO

Para llegar hasta acá nos metimos por callecitas bien finitas que iban bordeando al río, con faroles cada 100 metros, un montón de flores, puertas bajitas y un montón de escalones para bajar hasta el puerto.

Mágicamente, y después de un rato de caminata, llegamos al lugar. Y como somos unos mostros, terminó siendo pegado a La Casa del Marinero.

Nadie se hizo cargo, pero es increíble que hayamos hecho media hora para terminar en el mismo punto. Realismo mágico.

SOLANA

Es un lindo mesón-restaurante.

El mesón funciona abajo, apenas uno entra, donde se pueden pedir algunos platos y hay una barra preciosa (con forma de quilla) para pedir una birrilla. Una pecera llena de bichos. Un techo de tirantes de hace un montón mil de años, dos arañas hechas con timones, redes en la pared y algunas cositas más modernas, como por ejemplo unas cavas zarpadas.

El restaurante está arriba y es más cheto, con mantelería coqueta, poquita iluminación, copones enormes y vinos bien caros. Claramente no subimos.

Y pedimos los siguientes platos: Paella, Pulpo a la gallega (amén), Fabada con almejas y un menú infantil, que venía con fetuccinis con tomate y queso.

El mozo está medio duro – se expresó Paula y todos le dijimos que era una exagerada.

Unos 2 minutos después, el mozo tiró 40 copas al piso. Calculamos que eran 40 por los decibeles que escuchamos y por la cantidad de tiempo que tardó en barrer todos los fragmentos de vidrio. Gran observación de Pau.

Comimos bárbaro, pagamos y arrancamos para el departamento.

CONCLUSIÓN

Fue un día muy lindo y le encontramos el gustito a perdernos en los pueblitos que la ruta nos va presentando. Es genial el clima que nos está tocando y eso mejora todo.

Mañana seguimos rumbo a Gijón.

Salud!