85 añitos de historia y una estética más acorde a nuestros gustos personales.

Nos sentamos en una mesita y pedimos un vinito, como para sentar las bases duraderas de la comilona. Y pedimos:

Dos contundentes platos de Jamón Crudo de Bellota. Como para recuperar energías.

Te metés una feta, la masticás un poquito, la llevas al paladar, la dejás ahí un minuto y listo. Empezás a respirar jamón hermano.

Qué maravilla de jamón tienen los españoles. Es perfecto!

Y le sumamos una dupla de Joselines gratinados (sanguches de jamón ibérico, queso, manzana y paté). Y un atún rojo con arroz y… wasabi.

Mamasa, qué pedazo de pescado! Y el picante del wasabi lo tuvimos que bajar con otro tubo.

Nos había vuelto el alma al cuerpo. Pero eran platos para compartir entre 8. Así que salimos buscando un nuevo lugar. Y lo encontramos.