¿QUIÉN ARMÓ ESTE VIAJE?

En una nueva muestra de profesionalismo y haciendo alarde de una planificación fuera de serie, llegamos a Madrid a las 5AM de un domingo. Acá no hay nadie despierto/vivo.

Lo primero que hicimos fue llamar al dueño del departamento (que por obvias razones no nos atendió) y más tarde nos mandó un mensaje diciendo que nos esperaba al mediodía. Son las 6 am. Perfecto.

LINDA NOCHE

Desde el aeropuerto metimos 2 combinaciones de subte y salimos a la calle. Todo oscuro. Nosotros, unos amateurs totales, con valijas, mochilas, el carrito de bebé, el bebé y demases bártulos. Paramos a un tipo (el único que cruzamos) y le preguntamos por un café abierto.

– Joder! Pero es que es domingo tío.

Y si. Un poco de razón tenía el hombre. Pero nos terminó recomendando una panadería que «tal vez abra dentro de un rato». Fuimos para allá.

ZOMBIES

Nuestro grupo de zombies se empezó a chocar las puertas de vidrio del lugar, mientras las empleadas desde adentro nos miraban con una cara de pánico total. La desesperación, el frío, la garúa y el hambre estaban haciendo daño en el sistema nervioso de cada integrante del Antigourmet.

RECOLECTOR

Matías encontró un vino y un paquete de salchichas. Se alejó, los escondió y nos miraba con cara de «esto es mío», mientras escribía los primeros párrafos en la libretita.

DESAYUNO

Recién a las 8 abrió la panadería. A los 5 minutos nos estábamos clavando unos lindos sanguches de jamón crudo y tortilla con café. Tipo 10 y con el día amanecido, salimos para el Parque del Retiro.

DESCANSO Y TENTEMPIÉ

Y ahí nos pusimos a hacer una de las mejores cosas que nos sale. Dormir. Todos durmiendo en una escalera. Con las valijas de almohada. Le pegamos hasta las 11:30, momento en el cual compramos unas flautas, tomate, jamón crudo y más tortilla, como para hacer un intermedio.

EL DÍA DE LA BICI

El tipo del dpto nos llamó para que vayamos. Como teníamos mucho equipaje decidimos que 4 integrantes vayan en taxi. Estábamos a unas 12 cuadras del lugar. Tardamos 25 minutos y el taxi nos salió 20 euros.

¿Eh? ¿Cómo?

Así como lo leen. Para llegar, necesitábamos pasar por el Paseo del Prado y el Paseo de la Castellana. Las dos avenidas estaban cortadas por el Día de la Bici. Es decír, una interminable maraña de ciclistas que se extendía kilómetros enteros.

La comparación sería así. Queríamos ir del Congreso al Obelisco, y para cruzar nos fuimos hasta la General Paz. Una locura total.

El Antigourmet se declara Anti-Bici por un lapso de 24 hs.

NOS QUEREMOS MATAR I

El dueño del departamente, no puede abrir el departamento.

NOS QUEREMOS MATAR II

Todos llevando las valijas a otro departamento temporal, mientras un cerrajero es llamado para arreglar la cerradura. El tipo dijo que eran dos cuadras… eran 8. Las peores 8 cuadras de nuestras vidas.

NOS QUEREMOS MATAR III

Subimos las escaleras y entramos al nuevo dpto. A los 30 segundos, por la ventana entra volando un juego de llaves. El tipo que limpia tenía una copia. Volvemos al dpto. original.

VAMOS A LABURAR

Ya está. Dejemos todo así nomás y vamos a comer. – dijo Facu.

Nadie lo contradijo y a los 10 minutos estábamos en nuestro primer bodegón.

El Anti-Tour había comenzado. ¡Bravo!

Por ser el primer día estuvimos moderados. Solamente comimos en 5 lugares.

CASA ALBERTO

Las luminarias de las calles son de 1832, eso nos pareció algo maravilloso, porque siempre decimos que antes las cosas se hacían mejor. Pero ese dato es lo de menos, cuando lees en la puerta de entrada que Casa Alberto está abierto desde 1827.

Este bodegón, de fachada roja, es uno de los íconos bodegoneros de Madrid y nos pareció un lindo inicio para nuestra aventura gastronómica.

El cartel dice «AFORO: 70 PERSONAS». Pero esas son las que están sentadas. En la barra hay otras 70, todas meta caña, vermú y dándole duro al diente (y por supuesto, a la lengua).

Herman (se pronuncia Yerman), un mozo fenomenal que nos tocó en suerte, empezó a despacharnos morifi y chupi sin interrupciones.

Cada plato que traía era seguido por un:

– Dale, dale, dale, dale, dale!

(a los gritos)

Ese gesto hizo emocionar a Facundo, que utiliza permanentemente esa frase cuando nos ve dudar al momento de pedir un plato extra. Llorosos los ojos le quedaron.

Comimos: Bocadillos del cocinero, Bocatines de calamar, Alitas de pollo, Pinchos de bacalao, Bacalao frito y un gran golazo: los Huevos cervantinos. Que vienen con jamón crudo, pimentón, aceite de oliva, 2 huevos fritos a sartén y papas.

Cerramos con un postre: brownie de morcilla y queso de cabra.

Ya estábamos pipones y levantando campamento, pero nos pusimos a hablar con Herman un ratito y ahí mismo arrancó la investigación Antigourmetera.

– Vos, cuando vas a comer, a dónde vas?

Esta pregunta es crucial. Porque el tipo no te va a decir nunca que va a un lugar turístico, sino que te va a mandar a donde está la esencia antigourmetera. Así fue como nos hicimos de unos cuantos lugares, entre los cuales surgió «El Gato». Así es como nos gusta conocer ciudades.

Salimos de Casa Alberto rumbo al dpto. para meter una siestita. Pero apareció ella…

LA TÍA CEBOLLA

Sentados en la terraza (que acá parece que la terraza es la vereda y también el techo) mandamos a pedir unas cañas y testeamos… los calamarettis fritos, boquerones fritos, bomba de papa, rabas y para cerrar… una paella.

El entrenamiento previo daba sus frutos y nos dimos cuenta que la clave para lasupervivencia es mantener el ritmo.

Habiendo liquidado todos los vasos con cañas, procedimos a retirarnos porque necesitábamos dormir una siesta. Dijimos que iban a ser 2 hs. y fueron 4. Restauración total. ¿Seguimos de bodegón?

SIDRERÍA EL TIGRE

Hay 3 sidrerías El Tigre. La original, la ampliación y la norte. El departamento de nosotros queda frente a la norte, así que optamos, en un acto digno de recordarse, por no ser tan vagos y caminar hasta la original; que queda a 3 cuadras.

Recorridos los 300 metros y con la lengua afuera, nos acodamos en la barra mientras Román y JP tramitaron el morfi y el chupi.

En este lugar chiquito y finito, no hay mesas. Parejas y grupos de amigos comparten las barras. Las paredes de piedra, un jabalí en la pared y un montón de papeles en el piso porque acá es tradición que si no tenés un tacho de basura, tenés que tirar el papel al piso. No nos copó mucho la idea, pero evidentemente es así.

Los ventiladores hacen un efecto estroboscópico maravilloso con las luces; claramente les salió de culo, pero queda hermoso.

La maravilla de la sidrería es que cuando pedís una caña (una birra) te dan unas buenas tapas y muy abundantes para lo que uno paga. Pan con tortilla, con jamón crudo, con pollo, con lomito y algunas cositas más. Algunas con una salsa muy rica llamada maca que según el mozo es la típica (pero no tenía idea de lo que era).

Lo que sí… nos chupamos todo. Birra, sangría y sidra. Esta última es bastante dulce, así que le esquivamos un poco. Pero la jarra de sangría volaba de lado a lado de la barra.

Terminamos la tercer ronda y nos dieron ganas de arrancar para otro lugar. Ahí fue cuando nos acordamos la recomendación de Herman.

LOS GATOS

¡Una locura las tostas!

Los tipos tienen un exhibidor lleno de estas maravillosas tostadas llenas de magia. Había de salmón con gulas, de bacalao, de gambas, de chistorras, de boquerones y anchoas, de morcilla, de queso de cabra y una infinidad de combinaciones más.

Pedimos unas cuantas y además le sumamos: rabo de toro, habas con jamón crudo, pinchos de pollo frito y una ración de lomito de cerdo.

También descubrimos las aceitunas descarozadas Ordales, que son 5 veces más grandes que las que comemos siempre y, por ende, mucho más carnosas.

El lugar es chiquito pero atestado de maravillas. Como un caballo de calesita, un sillón de peluquero, una estatua de un negro jazzero, una caja registradora de bronce gigante y una moto colgando del techo. Pero lo mejor, es el mural en el techo con la imagen de la creación de Adán, pero entre los dedos de Dios y Adan, hay una jarra de birra. Arte bodegonero puro.

Marco (el dueño) conoció a Marco (el Tibu). Y así fue como el encargado de la barra se sacó una fotito con su tocayo de 6 meses de edad. Hicimos una reverencia en el altar de la Virgen del Rocío y nos marchamos felices de la vida.

Nos íbamos directo al departamento, pero un cartel de Guinnes tirada nos frenó.

EL PARNASILLO DEL PRÍNCIPE

Entramos, pedimos un montón de birras y nos pusimos a jugar a los dardos hasta las 2 AM.

La verdad es que pegarle a la diana en pedo es más muy complicado, excepto para JP que está totalmente entrenado. Ganó todos los partidos, mientras que Facu y Mati se dedicaron a pegarle a las botellas que estaban alrededor del círculo. Bochornoso.

Prácticamente nos rajaron del lugar porque era tarde. Y ahora sí, nos fuimos a dormir.

CONCLUSIÓN

Así terminó el primer día del equipo Antigourmet en Madrid.

Mañana, mañana será otro día.

Salud!