LA ESCALERA DE PENROSE

Av. Rivadavia 9800 . Villa Luro (obviamente).

Finalmente, y contra todo pronóstico, el equipo fue a comer post entrenamiento. Hubo idas y venidas, confirmaciones y desconfirmaciones, msjes contradictorios al estilo «yo voy pero sólo si vamos el miércoles, porque el jueves estoy complicado, así que mejor vayamos mañana, que es jueves».

No es fácil ponernos de acuerdo; ni en algo tran intrascendente como el día para ir a comer ni mucho menos en cuestiones de vida o muerte como ser si se pide otra botella de vino o se piden dos más.

En fin, luego de arduos debates decidimos ir el miércoles a un lugar muy recomendado por la comunidad antigourmetera. Siempre decimos que todos somos parte de un movimiento muy grande en el que todos contribuyen. Y una parte fundamental de esas contribuciones es la recomendación de lugares para que conozcamos.

Así que nos fuimos hasta El Bodegón de Villa Luro a probar qué tal está. Las expectiativas aumentaron sustancialmente cuando Román nos avisó que había llamado por teléfono y le dijeron que no tomaban reserva y que vayamos antes de las 21 porque se llenaba.

En un evento sin precedentes, y desafiando todas las leyes de la física, el equipo se duchó luego del entrenamiento en 17 minutos y 35 segundos. Todos listos y perfumaditos (salvo Matías que amenazó que no se iba a bañar pero al final cedió), arrancamos para el Bodegón.

Primero llegaron Román, JP y el Dr. Pait y se acomodaron donde pudieron. Ahí llegó el msje de watsapp que desconcertó al resto. Estamos en un salón privado al fondo.

Al ratito cayó el resto del equipo, Matías y Facu, con la compañía del Pinchi. Y ahí se armó el quilombo: traspasan la primer puerta: ahí no era. Pasan al salón, ahí no era. Segundo salón, tampoco era. Recién en el tercer salón, al fondo, estaban sentados los tres entrándole a unas croquetas de acelga.

La cantidad de salones nos hizo pensar en la escalera infinita, donde pasábamos de un lugar a otro y nunca llegábamos a destino.

El bodegón es grande (tiene un montón de salones todos intercomunicados) y estaba repleto, pauta de que se morfa bien. Así que a morfar se ha dicho.

ENTRADAS

Croquetas de acelga: quienes los probaron, suertudos ellos, dijeron que estaban muy buenos, Dio la impresión de estar precocidos y terminados en aceite.

Empanadas de carne: de lo mejor de la carta, grandes, bien rellenas de carne picada, tenían un sabor espectacular.

Tortilla a la española: JP, experto en el tema, le bajó el pulgar. Llegó medio fresca y con poca cantidad de chorizo colorado. Puede mejorar.

Provoleta(s), porque pedimos 2: Buena, es una provoleta, no podemos armar un poema de una provoleta.

PRINCIPALES

Bife de la casa: En el top 3 de los platos. Muy buen tamaño, con morrón, jamón, queso, arvejas y huevo. Y papas fritas. Muchas papas fritas.

Matambrito tiernizado a la pizza: buena porción también, el matambre hervido para tiernizarlo. A la pizza es a la pizza, con esas cosas que le suelen poner a la pizza. Y papas fritas. Muchas papas fritas.

Costillitas a la Riojana: vienen dos, como suele suceder, con jamón, morrón, arvejas, huevo frito, Y papas fritas. Muchas papas fritas.

Milanesa a la Bárbara: no sabemos por qué el nombre, asumimos que Bárbara era algo de alguien. O simplemente le pusieron así por estar bárbara. Bueno, no está tan bárbara como su nombre lo indica, pero es un buen plato para compartir. Abundante. Y papas fritas. Muchas papas fritas.

Peceto a los cuatro quesos: lo pidió Román, lo abucheó la mesa. Pero tuvimos que desdecirnos, porque fue uno de los puntos altos de la noche. A pesar de la flor de tomate que traía arriba. Polémico, pero rico. Y venía acompañado de … papas fritas. Pero estas eran de otro estilo.

POSTRES

Pedimos la dupla budín de pan / flan caserito.

Te los traen con extra crema, extra dulce de leche, extra cucharas. Muy buenos ambos.

El Bodegón de Villa Luro tiene su fama, y bien merecida que la tiene. Estaba lleno de gente del barrio que sabe qué pedir y nunca se va decepcionada. Tiene sus platos tradicionales que no defraudan.

Salud!

P.D.: Excelente la atención, la memoria para recordar todo lo que pedimos y la habilidad de sostener mil platos en un brazo de Diego, un mozo de pura profesión!