BODEGÓN NUÑEZ / APTO PRIMERA CITA

Arribeños 3198, Nuñez

Anoche nos salió bien. Pero pudo haber sido un escándalo.

Ya se sabe que a nosotros nos gustan los bodegones con historia, llenos de anécdotas, mozos de antaño y con un ambiente más dicharachero.

Pero, cada 2×3, nos pegamos una escapada a algún lugar que bajo el uso de las palabras «bodegón» o «cantina» en su nombre nos tienta a meterle una visita.

Muchas veces nos hemos clavado haciendo esto.

¿Por qué?

Porque terminan siendo un restaurante que se apropia de los valores y estéticas bodegoneras, pero le meten un caretaje atómico y unos precios saladísimos.

En estos no-bodegones, es normal encontrar cartas que tienen en su interior palabras que aborrecemos como: limonada, colchón, hierbas, jengibre y rústicas.

¿Qué carajo hacemos en estos casos?

Nada.

No posteamos nada. Porque nosotros somos simplemente unos amigos que salimos a comer y recomendamos lugares que nos gustan.

No somos críticos. Porque sabemos que atrás de cada negocio gastronómico hay familias que laburan de eso y no hay porqué andar haciendo despelote porque a uno no le gustó un plato, una atención o una cuca que pasó saludando.

Bueno, con el Bodegon Nuñez nos pasó algo raro.

Está en un barrio lleno de lugares caros para comer. Está en una esquina preciosa. Ambientado por un diseñador de interiores que debe vivir en Nordelta. Los muebles están buenísimos. Todo impecable. Mozos prolijísimos y que sirven el vino con una mano atrás. Y lo peor… hay un pizarrón con una frase malísima de Pietro.

En fin… parecía el acabose.

Matías quería romper el pizarrón con el cuchillo, Facundo se quería levantar para irse a comer un chori a la costanera, el Dr. Pait empezó a mirar el celular para ver si recibía alguna llamada de emergencia del laburo. Solamente Román se quería quedar porque decía que había buenos vinos.

Realmente estaban todas las condiciones dadas para que nos estroláramos contra una pared levantada por un gourmet…

Hasta que llegó el morfi.

¡Puta madre! ¡Qué cocina hermano!

Platos calientes, abundantes, a buen precio, sabrosísimos y con ingredientes de una calidad bárbara.

Pedimos:

ALBÓNDIGAS: 5 bochas, con un queso maravilloso y una salsa de esas que vacían la panera. Primera sorpresa.

PAPAS: viene con huevofrito todo roto/rebalsado arriba y chorizo colorado. Las papas están cortadas con hacha de leñador, el aceite 0km, con 2 huevosfritos arriba y muchos trozos de chorizo colorado dando vuelta. Segunda sorpresa.

MILANESA GRAN BODEGÓN: tremenda milanga napolitana con 2 huevosfritos, papas fritas y una salsita picantona que iba como trompada (van a ver en las fotos algo color naranja arriba de las papas). Comen 2 o pican 3 tranquilamente

FUCCILES CON SALSA SCARPARO: unas de las pastas más ricas que comimos en el último trimestre (tampoco la pavada, porque le damos con todo al diente). Caseras, contundentes. La fuente es para 2 personas pero no podés parar de comerlos. La salsa estaba rica, pero por ahí conviene con tuco y pesto.

Y de postre nos clavamos una CREMA CATALANA, que vino un poco fría, pero levantó con el caramelo que estaba re mil bueno y después caímos en la pavada gourmet.

La carta decía «Degustación» y decía que venía con: mamón, queso brie, fresco, batata, zapallo en almíbar y crema.

Matías advirtió a la mesa que bajo ningún punto de vista se debía pedir eso, declarando públicamente frente al mozo de turno que: «nos iban a cagar».

Entraron dudas en los comensales y la terminamos marchando, pero con la salvedad de que sea un poco más recargada que la original. Nos dijeron que no se podía. Que si queríamos más, eran dos platos. Nos negamos rotundamente.

¿Qué pasó?

Nos trajeron un platito con 5 cachitos de queso y un par de boludeces. ¡Nos cagamos en las degustaciones!

Así que si vas, no te equivoques.

Pedite un fresco y batata. O pedite un almendrado. O pedite un Don Pedro. Pero nunca pidas una degustación. Boludeces que con los postres a veces nos cuesta entender, pero bueno… siempre se aprende algo nuevo.

OJO AHORA.

MUERE LA BILLETERA.

DANGER MOUSE.

La carta de vinos es espectacular. Unas etiquetas impresionantes y bien hecha la selección, pero ninguno baja de $140. Y no hay vino de la casa, ni una botella perdida de López o Don Valentín.

Así que ojo al piojo porque acá es donde te gastas la guita de la quiniela si no te controlás (como nos pasó a nosotros).

Nos bajamos 2 tubos y 3 porrones de birra. Y se nos elevó la cuenta $100 x cabeza. En total pagamos 400. Pero una pareja normal, comiendo 1 entrada, 1 plato, 1 postre y 1 vino, debería pagar 300 x pera aproximadamente.

Ahora… vamos a lo importante.

El Bodegón Nuñez es 100% Apto Primera Cita.

Para todos esos giles que dicen: «vas a un bodegón y no la ponés más», tenemos que afirmar que jamás es así.

Pero en este, en particular… salís y la ponés si o si.

La posibilidad de coito es inminente.

Así que para cerrar esta reseña y como un servicio extra a la comunidad antigourmetera, acá va un listado interesante de telos cerca del bodegón.

Listado de Telos en Nuñez

– El Cisne, Congreso 1939

– Black Jack, Paroissien 1935

– Correa, Correa 2360

– JJ, Libertador 7900

– Hotel Que, en Montañeses y Sucre

– Hotel Nuevos Vientos, Montañeses y Olazabal

– Hotel Etc Etc, en Monroe y Alcorta, que ese tramitas la tarjeta por la pagina y tenes el 25% de descuento.

Gran hallazgo el Bodegón Nuñez.

Platos para compartir, a buen precio y en un barrio hermoso pero que siempre nos cuesta encontrar buenos lugares.

Eso es todo.

Nos vamos a hacer la digestión.

Salud!

PD: gracias Marian Cacho Ruina por la actualización de telos. Impresionante.