Una tremenda barra llena de pinchos, pero esta vez a buen precio. Pedimos unos cuantos que incluyeron una tortilla y nos fuimos atrás a comer tranquilos en un salón amplio.
Paula se fue a quejar de que la tortilla tenía gusto a pescado y le dijeron:
El gusto a pescado te lo has imaginao tu. – gran respuesta y recule de la doña. Ásperos los vascos.
Había un pincho de Txangurro que fue el más elogiado de la tanda.
Seguimos con la combinación de cañas y sangrías.