DE UNA TAREA ARDUAMENTE ARDUA Y ALGUNAS RECOMENDACIONES UN TANTO EXTRAÑAS.

Como todos los miércoles de cada semana, de cada mes, de cada año, el Antigourmet elige un lugar para ir a comer y reseñar. En el caso de este miércoles en particular, tuvimos un soberano despelote para decidirnos a dónde ir.

¿Por qué? Porque se nos ocurrió revisar los cientos de mails que tenemos con lugares recomendados. Y encontramos cada maravilla que no nos podíamos decidir. Más vale que este es el momento de agradecer a todos los que se copan y nos escriben a huevofrito@antigourmettmp.com.ar. Esta casilla se ha transformado en un pararrayos con delirios de todo tipo, grupo y factor. Cosa que nos pone sumamente felices.

En las redes sociales ya nos convertimos en un hermosísimo desorden ordenado. Todos los que ponen «Me gusta» automáticamente empiezan a tirar información valiosísima, comparten todo, suben fotos y nos avisan lo que pasa alrededor de este bello mundo morfístico.

Es así como aparecen muchísimas recomendaciones por todos lados (web, whatsapp, SMS, facebook, twitter, mail, palomas, topos, dromediarios, cartas y señales de humo, principalmente).

Para que se den una idea, diariamente la ORCA* recibe entre 3 y 5 mails. Hay algunos que son larguísimos donde nombran el bodegón, el barrio, el dueño, el mozo y qué platos comer. Otros, son mensajes de aliento. Otros, son agradecimientos por las reseñas. Y otros, maravillosos, son mails de este tipo:

  • Vayan. Yo fui y está mortal. Alicia de Temperley.
  • Muchachos. Bondiola furibunda. Esquina de Campodónico y Dr. Borocotó. Saludos. Patricio.
  • Hace poco descubrí esta página y engordé 4 kilos. Mi marido chocho. Tienen que clavarse una milanga en Lo del Beto Francaglia, son para llorar de emoción. Saludos. Patricia de Belgrano.
  • Si un día andan por Curuzú Cuatiá tienen que ir a comer a lo de la vieja Salvatierra. Son los mejores chegusanes de milanesas del mundo. Le pone aceite de oliva al pan y terminás babeando el mantel. Si vienen los alojo en mi casa. Tengo 2 cuchetas al pedo (ustedes son 5, pero JP es flaco y lo podemos hacer dormir en el sofá). Un abrazo grande. Franco Nero.
  • Chicos, encontré una vieja sentada arriba de un perro que hace unos fucciles al fierrito que son tremendos. Tienen que ir y si le llevan un pulguicida para el pichicho les hace descuento. Aguante la ciudad de Laboulaye y Porota, mi abuela que está cumpliendo años. Inés.
  • Vayan. Mi hijo fue. Mi marido fue. Mis amigos fueron. Yo fui y está mortal. Alicia de Temperley.

Se darán cuenta que a nosotros este tipo de mails nos motivan como loco. Especialmente al delirante de Facundo que a los 5 minutos ya rajó para la veterinaria a comprar el pulguicida para el pobre perrito.

El caso de Alicia es excepcional porque nos vive recomendando lugares pero nunca nos dice dónde queda, ni el nombre, ni nos pasa un link, ni nada en lo más mínimo como para intentar una búsqueda. Pero adoramos cuando nos llegan sus mensajes.

Es por eso que cada vez se pone más complicado elegir el lugar. Matías propuso armar una ruleta y que salga lo que salga. Martín quiere empezar a mover para Zona Sur. JP para el Oeste. Román no sabe cómo carajo organizarnos y Facundo, en principio, se queja.

Así, está complicado decidirse.

CRISTIANO RONALDO NACIÓ EN LA ATLÁNTIDA.

En plena crisis electiva, a Román (que no iba a ser parte de la velada) se le iluminaron los ojos y nos dijo:

Ahora que me acuerdo, un borracho me recomendó ir a Los Portugueses.

Listo. No hay nada más que hablar. Si un borracho recomienda algo, lo que sea, tiene la total validación y despierta un interés inusitado en nuestra forma de entender el universo. Un borracho nunca miente. Como muuuucho, divaga, pero no te miente. Así que agarramos las libretitas y salimos para el lugar.

Ahora bien, qué país raro es Portugal che. O sea… ponete a pensar. ¿A cuántos famosos portugueses conocemos? En nuestro caso solamente a Cristiano Ronaldo y a Mourinho. Ni un actor, ni un arquitecto, ni un artista plástico, ni un militar, ni un político, ni un fabricante de termos, ni un nada. Lo único que podemos asegurar sin ningún tipo de dudas, es que Portugal queda a la izquierda de Rusia. Eso te lo firmamos ya.

Así que estaría bueno hacer algo. Cuando termines de leer la reseña, si conocés a un portugués famoso por algo y que valga la pena agregarlo, nos comentes así vamos sumando personajes a la reseña. Si nadie nos comenta, vamos a pensar que Portugal… directamente nunca existió y que es un mito como la Atlántida. ¿Por qué pensaríamos eso? Claramente, porque podemos.

Mientras pensábamos en estos temas que preocupan a nivel mundial, llegamos al lugar. Siempre viajar con el Antigourmet es un placer.

DE UN MILAGRO ARQUITECTÓNICO, UNA CLASE DE GEOMETRÍA, UN BAILARÍN BIGOTUDO Y LA TÍA DE REINA REECH.

Estacionamos y en el momento de entrar a Los Portugueses notamos algo raro (sensación que mantuvimos durante toda la velada). El salón está emplazado en una esquina al lado de una esquina. O sea que es una ochava de una ochava.

Una dieciseischava. – nos explicó luego vía telefónica el casi físico y casi matemático juninense Julio Pierrad, padre de uno de los Antigourmeteros.

La disposición arquitectónica del lugar hace que en el interior las mesas tomen ángulos extraños. Por ahí se te cae la servilleta y cuando te agachás a recogerla, te encontrás con las costillas de alguien o alguna otra parte del cuerpo que no viene al caso. O sea, no estás espalda con espalda de nadie. Estás como en un plano inclinado perpendicular a la barra y paralelo a la dieciseischava. Incluso hay mesas circulares, que no nos animamos a probar por miedo a meternos en algún quilombo con la teoría de cuerdas y esas cosas multiuniversos que son un garrón; especialmente cuando hay hambre.

Claramente, no somos las personas adecuadas para explicar este bodoque de círculos, triángulos, paralelogramos, ángulos convexos y cóncavos. Creemos que es muchísimo mejor que lo explique ella.

¡Pero por Dió! Qué pedazo de letra tiene este tema. Ni hablar de la música que nos tiene a todos imitando los pasitos que mete al final del videoclip el excelente bailarín con bigotes; pero la letra es la letra.

Cualquier ser humano que pueda poner a Pitágoras, Platón, Euclides y Pascal en una estrofa se merece todo nuestro respeto y admiración. Obviamente nunca pensó que esta canción era para los enanos que miraban Reina en Colores, pero eso es otra cosa.

También es super tarareable cuando dice:

Pentágono, hexágono, heptágono y octógono. Polígonos brillantes, parecen diamantes.

Recomendamos escucharla entre 4 y 198 veces seguidas para entender cabalmente la forma del salón de Los Portugueses. Y si después de 198 veces no te queda claro, podés llamar a la tía de Reina Reech que parece saber muchísimo del tema. El cel es 007 -4152-48869023 (vive en Kamchatka, Rusia, por eso la característica es bastante extraña).

Ahora que todos tenemos claro el concepto «dieciseischava», podemos continuar con la reseña.

EL SALÓN, LA OPA, LOS MICRONES Y OTROS MENESTERES.

Además de la forma extraña, encontramos un montón de particularidades. En primer lugar hay una columna en el punto medio del salón y por todos lados… paneles acústicos de color marrón. Una cosa de los más extraña. No preguntamos cuál era la utilidad, pero deberíamos haberlo hecho. Hay 4 aires acondicionados y la temperatura del lugar estaba perfecta (afuera hacía un frío machazo).

El salón de Los Portugueses tiene una de las iluminaciones más potentes de todos los lugares que visitamos. Muchos focos. Mucha potencia. Así que JP se entretuvo sacando fotos y no se quejó de la falta de luz por primera vez en lo que va del año.

El piso es de cerámica, dato suministrado por la OPPA***.

En las mesas tenés mantel y cubremantel. Copas para el vino y vasos para la soda/agua. Hay una heladera de apoyo con el cartel de Pepsi que no coincide con la imagen del lugar, pero contiene chupi, por lo tanto re contra vale su presencia.

El promedio de edad en este lugar es de 55 años. Muchas parejas grandes, y algunos con sus hijos. Todo el perímetro de la dieciseischava estaba abarrotado de personas mayores, y en la zona central había parejas más jóvenes. Así que el ambiente es bien familiar.

Estábamos hablando sobre esto cuando Mario, nuestro mozo, se acercó con la panera y un platito que tenía unas rodajas de mortadela, lomito, salame milán y queso. Lindo como para ir leyendo la carta mientras calmás el estómago. Ojo, las rodajas estaban cortadas con instrumental quirúrgico y la medición antigourmetera dio como resultado: 2,2 micrones de espesor. Con este dato, sacamos la cuenta que una bocha de mortadela le rinde a Los Portugueses para servir este plato durante 9 años, 2 meses y 15 días.

El platito de cortesía fue prácticamente ejecutado apenas se apoyó en la mesa, y ya que estaba Mario dando vueltas por ahí, le pedimos las entradas.

ENTRADAS

Aprovechando que Román no formó parte de la mesa ese día, pudimos tomarnos la libertad de pedir otros platos. Sino siempre nos obliga a pedir tortillas o revueltos gramajo. Y la verdad… nos salió 10 puntos el cambiazo.

Buñuelos de acelga: los ves llegar en el plato y pensás que se te viene una lluvia de asteorides encima. Unos soberanos buñuelos, grandotes, con el aceite justo y un sabor riquísimo. Caseros, recién hechos. Nos dieron ganas de pedir un replay, pero nos contuvimos porque apareció justito el otro pedido.

Sesos a la provenzal: una grata sorpresa. Hacía mucho que no pedíamos un platazo tan rico y especial de entrada. Alcanzó bien para que los 4 le entremos con ganas y la provenzal estaba impresionante. Los sesos muy pero muy tiernos. Martín y JP se sorprendieron de que venga caliente, pero al toque de probarlos se callaron la boca y si les mirabas los ojos se veían emocionados. Genial plato que te va a dar ganas de convertirte en zombie.

SUPER MARIO

Este mozo correntino nos terminó maravillando a todos. Al principio nos saludó medio secote, no le gustaban las fotos, se asustó bastante cuando le dijimos que íbamos a escribir una reseña en la web y cuando se dio cuenta de que somos simples mortales morfando como lima nueva se aflojó. Y se aflojó tanto que nos hizo llorar de risa con algunas ocurrencias.

Mario, o Super Mario desde ahora en adelante, se cansó de saltar, esquivar tortugas, cabecear ladrillos con signos de preguntas, comerse un hongo rojo que lo hacía transformarse, otro champiñón verde que le daba una vida extra, masticar una flor para sacudir bolas de fuego y meterse en tuberías sucias para manotear estrellas y ganar unos puntos más.

¡Basta de locuras, me hago mozo! – dijo Super Mario.

Nacido en La Cruz, un pueblito cerca de Yapeyú, hace 30 y pico de años que vive en Capital. Tiene un montón de salidas y latiguillos para atenderte, pero lo mejor de todo es que nada, ni nadie, lo apura. Tranquilón. Paciente. Te educa con frases como: «si después tenés hambre, te traigo algo más», «tranquilos que nadie los corre» o cuando despide a los comensales con un «muchas gracias, vayan despacio y por la sombra», aunque sean las 22 horas.

Un verdadero capo el tipo. Y lo terminó de demostrar cuando llegaron los siguientes platos.

9

Super Mario en acción.

PRINCIPALES

Besugo a la vasca: estábamos en plena charla sobre los paneles acústicos del lugar cuando lo vimos llegar nadando. Una cabeza prominente, dientes finitos y pinchudos. Cuando estacionó en nuestra mesa nos dieron muchas ganas de saber un poco más sobre su vida y le preguntamos por su apellido.

Mi nombre es Carámbula, Besugo Carámbula. – dijo el amable pescado.

Y al toque Super Mario se lo llevó a una mesa aparte y lo empezó a dividir en 4 porciones. Menos mal porque si lo hacíamos nosotros todavía estamos en el lugar. Es bastante complicado el desespinado (se dirá así?) del bicho, pero el tipo se da maña. Una flor de columna pelada y la cabezota fueron lo único que quedaron en la fuente. El resto es pura carne.

Ninguno de los antigourmeteros lo había probado anteriormente y quedamos chochos con la elección. La carne tiene similitudes con la del pollo (extrañamente, salvo que pidas un pollo de agua). Muy pulposa, dijo Facu, y nos quedamos mirándolo con cara rara. Las papas hervidas estaban riquísimas y abundantes, mucho pimentón y ajo. No tenía sal, pero tampoco le hacía falta. Lo que sí, en el caso de que compartas cama, después te conviene dormir mirando al techo o espalda con espalda.

Un dato para que el Sr. Maglione anote: la temperatura del plato estaba bárbara. El tipo siempre se queja de que los platos se sirven fríos en un montón de lugares. Bueno, acá no. Todos los platos vienen que pelan los chanchos.

¡Tremendo platazo! Nos gustó un montón, pero recién estábamos empezando.

 

Canelones a la napolitana: una vez que hubimos concluido con el besugo, aparecieron ellos. Una fuente de metal, redondeada, vieja, bien cascada a palo por tanto uso y adentro… la magia por duplicado.

Super Mario nos dijo que el relleno era de espinaca y carne. La realidad es que el sistema de porcentualización antigourmet dio como resultado 6% de espinaca y 94% de carne. Lo que no quiere decir nada, porque el relleno estaba re contra super archi mega mil bueno. Frescos y caseros, como nos gustan.

Pero lo sorprendente del plato estaba en sus alrededores, porque los muchachos vienen envueltos, tapados, ladeados, flanqueados por jamón, queso y salsa de tomate. Una cosa maravillosa es cuando los servís y empezás a olfatear. Martín dijo: «son raros, pero no pueden estar tan buenos». La palabra rareza estuvo a la orden del día, pero siempre para bien. Nos fascina encontrar platos así. Muy recomendable para compartir. Pero la cosa seguía.

Mondongo: desde una mesa vecina, nos recomendaron comer este plato. Como si fuese el caballito de batalla del lugar. Estuvimos dudando unos 2 segundos y bueno… lo marchamos. Cuando llegó Super Mario con la cazuela, escuchamos a JP diciendo algo así:

Este mondongo tiene un montón de mondongo.

Y ahí nomás le tuvimos que explicar a este gourmet recuperado que un guiso de mondongo tiene mondongo. Porque si fuese un guiso de lentejas, te viene con lentejas y no con mondongo. O ponele, si fuese un locro, tendría maíz, pero no lentejas, y mucho menos mondongo. Bueno, y así estuvimos un rato largo, explicándole la lógica proposicional de los guisos.

El plato llegó, como todo en este lugar, super caliente. Mucho garbanzo, morrón rojo, morrón verde, pimienta a full, orégano y una sola rodajita de chorizo colorado, que la primereó Matías (raramente avispado). Se comió una puteada generalizada, porque todos pensaron que se había parado para sacarle una foto al plato con el celular. ¡Tremendo!

Y así como quien no quiere la cosa, luego de los tres platazos principales que supimos erradicar, empezamos a ver cómo nos íbamos a castigar con algún postrecito. Fue entonces cuando la conversación se pluralizó.

BUENOS VECINOS

  • Pedite un queso y dulce – dijo el fundamentalista de Matías.
  • No, fijate si hay arroz con leche – dijo el ex-gourmet JP.
  • Paren un poco. Si hay helado, pidamos helado – dijo el mediador Pait.
  • En principio, pidamos los 3 – dijo Facundo, con esa actitud que automáticamente eleva el precio por cabeza que pagamos a niveles exorbitantes.

Estábamos en plena discusión acalorada, cuando desde una mesa detrás de la nuestra, escuchamos la siguiente frase:

Disculpen muchachos, pero acá se come esto.

Los que estábamos de espaldas nos dimos vuelta y vimos el platazo que tenía este tipo frente a él. No dudamos en pedirle a Super Mario que nos marche uno para nosotros y mientras tanto nos pusimos a charlar con Rodolfo. Un señor de unos 70 pirulos, habitué y con muy buen onda, que estaba cenando con su mujer y nos recomendó las especialidades dulcísticas de la casa. Además, comentó que solamente va a comer a Los Portugueses o a Lo de Martita. Le contamos que teníamos un mapa con un centenar de lugares y prácticamente nos mandó a freír churros.

No me importa muchachos, yo voy a Lo de Martita o acá. Nada más.

Con el bipolar de Rodolfo nos quedamos charlando un largo rato. Nos contó que se junta a comer con  amigos del automovilismo y que actualmente es el representante de un tipo que fabrica bielas y que ahora se largó a correr con veteranos en el Turismo Nacional Histórico. Se juntan todos viejos a correr una carrerita y después comen algo todos juntos. Esta categoría que no conocíamos hasta el día de hoy, fue declarada por la mesa como: «El Antigourmet con ruedas».

Se ve que el tono de las voces se elevaba cada vez más, porque a los gritos se acopló otro amigo que estaba en otra mesa. Nos dijo que había escuchado del Antigourmet en la Radio de Beto Casella (cosa que no tenemos idea, pero ponele que sí), nos pidió una tarjetita y se puso a contarnos de 900 lugares que conocía para ir a comer. Un capo que nos muestra que así es como crece el proyecto. A puro boca a boca, con gente sencilla y que tiene ganas de pasar un lindo momento.

Gracias amigos. Nos quedaríamos hablando, pero tenemos que salir al ataque de un nuevo mega-plato.

POSTRES

Acá les traigo el postre. Es muy laig. – dijo Super Mario.

El mozo tenía una sonrisa socarrona de oreja a oreja y nos guiñaba el ojo derecho a toda la mesa sin parar. Así fue como aterrizó este alien en nuestra mesa.

Panqueque a la italiana: es uno de esos híbridos mutantes que después de un rato te das cuenta todo lo que tiene. Anotá… helado de crema americana, obleas, sambayón, ensalada de frutas (detectamos kiwis, frutillas y naranjas), zapallo en almíbar y chocolate derretido; todo sobre un soberano panqueque de manzana.

¿Algo más? Por supuesto. Unos 9 kilos de caramelo. Te comés dos cucharadas y se te aflojan unas 9 piezas dentales. Ojo si sos propenso a las caries porque antes de pagar la cuenta te aparecen algunas nuevas. Riquísimo caramelo que actúa como un maravilloso unificador de ingredientes.

Es una cosa rara, que por supuesto nunca habíamos comido. Cuando nos empezamos a preguntar qué nos parecía el plato, no tuvimos muchas formas de explicarlo. Pero utilizando las palabras de Martín, podemos decir esto:

No lo entiendo, pero está buenísimo.

Y así está perfecto. Porque a quién le interesa entender un postre, si el postre está rico. Eso se lo dejamos a los gourmets y a los críticos. Nosotros comemos y punto.

CONCLUSIÓN

Un lugar que nos sorprendió gratamente.

Es un lugar en el que tardás un ratito en entender la dinámica, porque los mozos están acostumbrados a atender siempre clientes habitúes y las mesas tienen ángulos raros. Ahora bien… una vez que le agarraste la onda, es un disfrute enorme.

Todos lo que pedimos estaba riquísimo. Comida casera, abundante y bien caliente. Nos dimos el gusto de probar el Besugo Carámbula que nunca habíamos comido y es un platazo que volveríamos a pedir. Los canelones, los buñuelos y el mondongo… nos dejaron más que chochos.

Párrafo aparte para Super Mario y todo el staff de Los Portugueses. Muy servicial y una verdadera máquina de recomendar platos/porciones. Cortito y al pie. El correntino te invita a relajarte y disfrutar de la salida. No te apura en ningún momento. Hay que hacerle caso y listo. El tipo sabe.

Si te controlás con el vino, es un lugar accesible. Nosotros te diríamos que si querés darte un gustito o llevar a tus viejos que vinieron de visita, es un gran lugar para visitar.

Los Portugueses nos sorprendieron. Gracias por su atención y la buena onda que nos regalaron. Ojalá que en breve podamos ir de nuevo a disfrutar de esta dieciseischava de sabores.

¡Salud!

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MISCELANESAS

* O.R.C.A.: es la Oficina de Recolección de Cartas Antigourmeteras, que depende de la OLISSS**.

** O.L.I.S.S.S.: es la Oficina de Lugares para Ir Si o Si Señores, y se encarga de armar el listado de lugares, priorizarlo, ubicarlo en el mapa, recolectar información, detallar platos ofrecidos y no mucho más.

*** O.P.P.A.: es la Oficina de Pisos y Porcelanatos del Antigourmet. No depende de nadie porque muy poca gente le da bola.

Otros Portugueses Famosos: Luis Figo, San Antonio de Padua y Carmen Miranda (aporte de Mariel Pérez Echaniz). Amália Rodrigues, más conocida como La Dama o Reina del Fado (aporte de Silvia Hernandez).