Visitamos el mítico Mercado, donde históricamente los pescadores venden el fruto de su laburo.

Hay que tener dos datos en cuenta: a) los domingos no se trabaja, por lo tanto no se pesca y no se vende pescado; b) los lunes se sale a pescar, por lo tanto recién el martes es cuando cae el pescado fresco.

Es impresionante la variedad que hay. Un montón de bichos que ni siquiera conocíamos sus nombres. Carabineros. Buey de Mar. Bogavantes. Anguilas. Mejillones. Ostras. Cigalas. Zamburiñas.

Nos informaron que si comprábamos el pescado en el Mercado, lo podíamos llevar a cualquier restaurante de alrededor y nos cobraban unos euros por cocinarlo (dentro del puerto €4 y fuera del puerto €6).

Compramos: 2 kg. de buey de mar, 2 kg. de berberechos y 2 kg. de mejillones. y con la bolsa llena de bichos nos cruzamos a uno de los lugares que queda al toque del Mercado.

IDEA OLFATIVA

Acá se come pescado todo el año y, por ejemplo, en el Mercado de Abastos el olor no es a pescadería, sino que es una fragancia muy rica, no muy invasiva, que se parece un perfume. ¡Anotalo Glade!

Por ahí podés sacar una edición limitada “Glade Anchoa Copada” o “Glade Berberechos del Bosque”. Una explosión de aromas.