EL HUEVOFRITO, LA BALANZA Y NARDA LEPES

Hace unos días nos avisaron que @nardalepes sacó un sanguche de milanga.

Eso nos generó sentimientos encontrados.
Por un lado está buenardo que Narda sume un sanguchardo.

Y por otro lado, sentimos que necesitamos respuestas a varias dudas que nos aquejan.

¿Por qué usó un huevofrito como logo de su local, estando a solo 2 cuadras del nuestro, que tiene un huevofrito de 5 metros en la entrada?
¿La diseñadora de Narda… es no vidente?
¿Por qué cuando compró una balanza carísima la mandaron a nuestra esquina?
¿Por qué en la factura de la balanza decía «local huevofrito» en lugar de Narda Comedor?

Y aún peor…
¿Por qué se la devolvimos?

No saben la nave que era esa balanza. 1000 botones tenía. Bueno, está bien, la devolvimos porque somos honestos.

Y más dudas…

¿Por qué un sanguche de milanga completo con pestito?
¿Por qué sale tan caro? ¿Por qué de bife de chorizo?
¿Por qué? ¿Por qué?
¿Por qué Narda? ¿Por qué?

QUERÍAMOS RESPUESTAS (o más hojas para anotar preguntas)

Bueno, se apiñaron las preguntas y no nos quedó otra que ir por respuestas.

Arrobamos a Narda en Instagram y al toque nos dijo: «vengan a comerse una milanga, los espero».

Así que enfilamos para Mordor y nos adentramos en terreno hostil. Un territorio donde la G.G. (Gilada Gourmet) copó todos los locales y te cobran hasta para respirar.

Incluso nos cruzamos un policía y Mati se escondió atrás de un Mercedes Benz. Desconfianza total a la zona.

Llegamos al local. Blanco Ala. Más blanco que guardapolvo docente el Día del Maestro.

Cuando entramos los 5 con los huevofritos en el pecho vimos como las cámaras de seguridad giraban y nos enfocaban.

Ni hablar de un señor de camisa Lacoste que cuchicheó algo por abajo a su señora. (¡te vimos!)

– Hola, está Narda?
– No, ya se fue.

¡NARDA! ¿Cómo nos decís que nos vas a recibir y no estás?

YA QUE ESTAMOS… COMAMOS

¡La pucha, qué bajonazo! Bueno, marchame 3 sanguches y 4 birras. Después te dejamos un par de preguntas anotadas en una servilleta, le dijimos a la moza, que para esta altura ya que no entendía.

Y si… cuando nosotros vamos a un lugar: COMEMOS. Es nuestra firma. Nuestro legado.

Un sanguche de milanga: es de bife de chorizo; un manjar; posta. Ojota que sale $790 y es para uno. El nuestro sale $600 pero es el doble (y capaz me quedo corto).

Un sanguche de mortadela: el mozo nos miró confundido, pero al ratito lo trajo. Se ve que nunca-jamás-en la vida alguien pidió mortadela en lo de Narda. Excelente la mortadela casera.

Y un sanguche de pollo frito: en miniatura. Como un micro-machine. Facu intentó cortarlo en 4, desistió y lo embuchó de un bocado. No lo pida.

LA CUENTA

La moza nos dijo:

– Me dicen que es invitación de la casa.
– Ni en pedo. Nosotros pagamos.
– Pero…
– Pero nada. Y si no me cobran me encadeno acá nomás (dijo Facu)

Nuevamente la moza palideció ante el posible escenario de un tipo de casi 2 metros encadenado en su salón.

La calmamos, lo calmamos a Facu, fue a pedir la cuenta y la trajo.

$3.500

$790 y $740 los sanguches. Nos mataron con $300 la lata de birra. Se toma agua acá.

Por lo que averiguamos: te dan una jarra de agua y si querés más, te la cobran. Así que ojota.

Nos levantamos, estoicos. Y nos fuimos a comer a @gijon__ok

SÍ, NOS FUIMOS A UN BODEGÓN

Porque seguimos recorriendo después de 7 años y divirtiéndonos en el camino.

Gracias Narda por el ida y vuelta en Ig. Estuvo divertidísimo. Y es genial poder reírse un rato en estas épocas extrañas.

La cocina gourmet y la antigourmet son dos caras de la misma moneda.

Y la pandemia afecta a todos por igual. Así que aguanten los lugares que siguen batallando contra esta crisis loca que nadie se esperaba.

La próxima vez, querida Narda, te esperamos en La Esquina.

Hay un sanguche insoslayable esperando por vos.

Salud!