Un lugar arquitectónicamente fabuloso. Unos platazos que no habíamos probado nunca. Un mozo que nos hizo sentir como en la casa de un tío. Un vinito con amigos. ¿Qué otra cosa se necesita para ser feliz? Pasen y conozcan a Los Portugueses. Un flor de lugar antigourmet para darse un gustito.
Nos dimos cuenta que estamos viejos para los deportes, pero si de morfar se trata continuamos con un estado físico envidiable. Visitamos uno de los bodegones más conocidos de la ciudad. Una esquina que es bar y restaurante, con unos mozos muy piolas y comidas bien pulentas para el invierno. Pasen y lean. Con ustedes, El Preferido de Palermo.
Atendido por sus dueños, dato que suma mucho para nosotros. Mucho marisco, pero si te querés clavar una suprema va como trompada. Patricia es uno de esos personajes que merecen conocerse.
Un reducto Antigourmet en un lugar imposible. Chiquito, acogedor y con la atención del Tío Héctor que hace unas de las empanadas más ricas que probamos. A conocer Ña Serapia se ha dicho.