No pensábamos parar acá. El destino era otro. Pero vimos a un tipo saliendo del lugar con un sanguche enorme y la cara re feliz.
Entramos.
El Sr. Rúa se especializa en Bocadillos de calamar. O sea, un sanguche de rabas. Pero nosotros la pedimos al plato porque veníamos de entrarle al sanguche.
No defraudó en lo más mínimo. Tiernas y crocantes estaban las rabitas. Una buena porción y a buen precio. Además, las meten adentro de un sanguche, así que eso los convierte en personas admirables por su capacidad de inventiva panificada.