Acá sí. El concepto Antigourmet está excelentemente custodiado (desde 1906) por lugares como La Casa del Abuelo. El lugar queda a 1 cuadra de Plaza Mayor. Es chiqutio y tiene un sótano donde entrarán unos 12/15 comensales.

Estuvimos un rato largo hablando con Claudio, el único mozo que atiende la terraza y la barra del lugar. Estaba re tranquilo el asunto ese día, pero nos contó que a la noche se llena.

La especialidad de la casa son las gambas. Y lo bueno es que tienen un vino propio que se llama La Viña del Abuelo y que nació unos años después del salón para comer.

Nosotros pedimos Gambas al Ajillo, que vienen fritas, burbujeando, recontraarchimega calientes y con una baranda a ajo que te enamora apenas se abre la puerta de la cocina. Una locura de ricas.

Por la dudas de que nos quedásemos con hambre, también pedimos: Gambas a la plancha, una Tapa de Jamón Crudo y Aceitunas de Campo Real (son bien verdes, más chiquitas y más duras de las que comemos nosotros, pero estaban bien como para aflojar un premolar).

Claudio nos explicó unas cuantas cositas más sobre el lugar, los dueños y los mozos, pero nos aclaró una y mil veces que era todo comida tradicional y típica manchega. Le creímos drásticamente, lo saludamos y nos fuimos, porque necesitábamos mover la estantería.