Nos llegó el dato de que teníamos que ir al Buo, en la Latina (que es uno de los barrios de Madrid cerca del centro). Íbamos los 3 rumbeando pa´ aquellos pagos cuando pasamos por una ventana y la vimos a ella: ¡GLORIA!
Gloria estaba sentadita, sola, en el salón de La Chata, acomodando papeles en una carpetita.
Todavía no era hora de cenar, pero decidimos entrar para ver qué onda. Pedimos unas cañas que vinieron con su correspondientes tapas y nos fuimos acercando hasta donde estaba ella.
Mati se puso a mirar un cuadro enorme de la Infanta Isabel y ahí fue cuando Gloria nos dijo que el nombre del lugar era en honor a ella; y su nariz. Este primer comentario dio pie a más de una hora de charla, donde nos contó su niñez en Segovia aprendiendo a tejer y su llegada a Madrid, su historia con La Chata que ya tiene 38 años.
Gloria nos recitó un poema completo, largo como estornudo de jirafa, que se llama La Infanta en los Toros. Y se fue frenando a cada ratito, para explicarnos qué quería decir el autor en cada fragmento del poema. Así fue como nos paseó por el árbol genealógico español, sus reyes, príncipes, princesas y las historias de puterío (tipo Jorge Rial) que tanto nos gustan.
Tienen que probar mi Rabo de Toro, viene gente de todas partes del mundo a probarlo. – dijo Gloria, y nosotros no somos quién para contradecirla.
¡PLATAZO!
Son 4 cortes, ahogados en una salsa agridulce, y lleno de papas fritas. La carne se deshace, pero llega un momento donde nos empezamos a pelear por un cachito de carne y decidimos democráticamente que cada uno agarre un pedazo con la mano y le de duro.
Mientras saboreábamos la especialidad de la casa, tuvimos el placer de ver a Gloria cortando una pata de jamón de bellota para unos vecinos que se sentaron en la mesa contigua.
La técnica es impresionante. Saca pedacitos como si fuesen láminas y los va colocando alrededor del plato. El cuchillo siempre paralelo a la pata y muy despacio se va separando la (poca) grasa del jamón. Nos volvimos locos y ella se dio cuenta.
Por eso, al rato nos sorprendió con un platito para que lo probemos y de paso nos explicó la diferencia entre un jamón de bellota y los demases, que terminó con la frase: “Nuestro jamón es el petróleo de España.” Y cuanta razón tiene!
Meten un cachito, lo mastican un par de veces, lo llevan al paladar, lo saborean, lo exprimen con la lengua, respiran por la boca y exhalan por la nariz, así van a ver cómo el olor del jamón sale y ese, es de bellota. – nos desasnó Gloria.
Antes de irnos, nuestra anfitriona nos informó sobre lugares para comer en su Segovia natal, nos invitó 4 cañas (una para ella), brindamos por este lindo encuentro. Nos alegró el día conocerla. Y como nos pasa siempre, este tipo de personas son las que hacen que el Antigourmet tenga más sentido todavía.
Gracias Gloria por tu tiempo, tus enseñanzas y tu amabilidad.